Un chaflán, un ático o un simple juego de luz pueden suscitar una emoción estética. La suerte de una ciudad es cuando el tiempo y el azar la pueblan de edificios asombrosos capaces de provocar esos sentimientos. Bilbao es una de esas afortunadas.
domingo, 22 de julio de 2012
La ria de Bilbao
La relación azarosa entre la historia y los ríos ha sido la
de los pueblos con unos obstáculos naturales que han servido a menudo de
frontera, separación no siempre de mutuo acuerdo, cisma y diferencia, barrera y
tal vez muralla defensiva.
La ria de Bilbao nunca ha entrado en ese juego, por fortuna
puede que solo sea la grapa que une e hilvana los recuerdos deslavazados de los
bilbaínos.