viernes, 9 de septiembre de 2011

Teatro Arriaga, arquitectura en su punto

Dicen que la vida imita al arte, y el arte suele imitar a lo que tiene más a mano, en ocasiones, ese modelo es la repostería. El Teatro Arriaga de Joaquín de Rucoba (1890) entronca con una gran tradición decimonónica de repostería fina que ha repartido esplendidas tartas en forma de óperas y teatros por todas las antiguas capitales centro europeas.

La receta es simple, y suele consistir en una peana más o menos elaborada sobre la que se construye un merengue neobarroco, con una mayor o menor profusión de figuritas según los países o los temperamentos. El Teatro Arriaga nos confirma que Bilbao también dispuso a finales del XIX del talento de una gran generación de albañiles diestros en el uso de la paleta, la llana y la manga pastelera.

La obra de Rucoba se ajusta al canon y no desentona con otras aún más grandes y pretenciosas que abarrotan las estanterías de esta gran confitería que es la vieja Europa. Bilbao puede estar orgullosa de ser otra vez, quizá algo más que un pálido reflejo de París.

Hoy; Teatro Arriaga, Bon Appetit!

Teatro Arriaga
Plaza de Arriaga – El Arenal

Foto: Wikipedia