sábado, 6 de agosto de 2011

Hotel Carlton, paraguas y paseos a la orilla del Sena

Durante el siglo XIX todas las grandes ciudades europeas, salvo la indómita Londres, querían parecerse a París, o tal vez con suerte a un barrio de París, o incluso, en los casos más desesperados, a una esquina de París.

Bilbao sucumbió también a esa enfermedad, aunque lo hizo tardíamente, cuando acumuló capital y arrogancia para poder aspirar a esos modelos. Unas de las secuelas de esa gozosa enfermedad es el Hotel Carlton de Manuel María de Smith (1926). El tejado en mansarda, el hall ovalado con vidriera o el aristocrático porche de acceso son puro ensueño parisino.

Un hotel es un tipo de edificación insólito dentro de la obra de Smith, más acostumbrado, como arquitecto de cámara de la gran oligarquía vizcaína, a convertir los caprichos y antojos señoriales de esta en edificios memorables. La inspiración francesa también es desacostumbrada en un maestro de los estilos regionalistas o de evocación británica.

Aun así, nadie mejor que Manuel María de Smith para llevarnos, aunque sea durante unos momentos, al París de las grandes avenidas y los paseos a la orilla del río, como nuestro Sena-Nervión, que posee además otra gran construcción Eiffeliana, el Puente Colgante de Portugalete. Pero eso, como diría Kipling, es otra historia.

Foto: wikipedia