martes, 12 de julio de 2011

Edificio El Tigre, vindicación de la arrogancia

La contenida estética racionalista de esta antigua fábrica de correas encierra una lección moral. Pedro Ispizua finalizó este edifico en 1943, una época incierta y complicada en lo político y en lo económico. Las líneas concisas y sin ornamentos de su fachada se adaptan bien a esos tiempos de penuria, pero su cubierta nos regala una declaración de principios diferente.

Un majestuoso tigre observa con minuciosa arrogancia todos los futuros posibles desde su colina de piedra. Parece no temer a nada y no podemos dejar de admirarnos ante una casta de empresarios capaz de modelar con tal rotundidad su actitud ante los desafíos.

Gran lección entonces y mejor aún hoy.

Foto: wikipedia