jueves, 19 de julio de 2012

Edificio de oficinas en Diputación, eslóganes en piedra


Rafael Fontán se emplea a fondo en este sugestivo edificio de 1947 con un racionalismo épico y resuelto. Más allá del los reposados  patrones del género de la Bauhaus, opta por una solución dinámica con las agresivas ventanas en esquina. La relación con la arquitectura local se establece a través del revestimiento ocre de arenisca, que tiñe el resultado final de un casticismo inesperado.

 La torre en esquina destaca especialmente en una ciudad donde la competencia entre sus otras torres por el primer premio es feroz. Los potentes relieves Art Deco que la culminan son casi una invitación a la acción que junto a la energía general del edificio, resultan en una llamada al trabajo, al esfuerzo y a la productividad.

 Como en algunas ideologías de los años cuarenta, el trabajo tiene su premio, en este caso, en ese paraíso laico que se asienta en el templete de la azotea.