lunes, 30 de julio de 2012

Biblioteca Foral, cultura al desnudo


En el 2007, el equipo de arquitectos de IMB terminan la remodelación de la biblioteca foral, obra original de Juan Carlos Guerra (1924). Y con una idea simple pero genial consiguen algo más que un cambio infinitesimal en el paisaje de Bilbao y en la historia de la arquitectura de la ciudad.

 La gente de IMB ha desmantelado el concepto de biblioteca como contenedor de libros y dando la vuelta al edificio como a un calcetín, han terminando exponiendo su interior a la luz del día y a la curiosidad de los peatones.

 Abrir las ventanas y que circule el aire es el mejor estímulo que se puede dar a la cultura. La visión de los lomos multicolores de los libros puede conseguir ese efecto haciendo que les perdamos el miedo pero no el respeto.

Solo cabe preguntarse por el sentido de las frases que arañan las cristaleras. Tal vez su ausencia hubiera conseguido un efecto más transparente y quizá más efectivo.


sábado, 28 de julio de 2012

Biblioteca Municipal, brandy, cigarros y libros viejos


El estilo ecléctico, o sea la falta de estilo, es el camino expresivo elegido por Severino Achúcarro para este edificio del Casco Viejo (1890).

Este antiguo casino reconvertido en biblioteca arranca con la clásica base almohadillada y termina con un tejado en mansarda que aporta el toque chic afrancesado casi inevitable en los edificios fin de siècle.

 La densa y pesada orfebrería de la fachada alude al aire enrarecido por el humo y los vapores del brandy de los alegres calaveras que frecuentaban el casino hace más de cien años. Un ambiente apenas más respirable que el de los polvorientos mamotretos que hoy comban sus estanterías.



Biblioteca Municipal
Bidebarrieta 4

jueves, 26 de julio de 2012

Centro Comercial Zubiarte, Fast Food


Las prisas, en la comida como en la arquitectura, nos abocan a la indigestión. Los que han gozado del transito insolente y desvergonzado de Robert Stern por los ochenta y noventa, pueden verse sorprendidos por la flojedad de su Centro Comercial en Abandoibarra (2000).


El movimiento postmoderno en el que se desenvuelve Stern, se muestra más eficaz cuando elige un tema, ya sea el color, la forma o un instante de la historia de la arquitectura, y juega con él hasta agotarlo.  La laxitud de Stern o tal vez las prisas le han impedido decidirse con claridad cuando ha tenido que seleccionar su tema en un buffet de 5.000 años de arquitectura.


La falta de disciplina y el recuerdo de cosas que le han funcionado en el pasado, posiblemente le han ido sumando ingredientes a un plato que ha terminado por ser una receta segura para el empacho.


Y a última hora, tal vez con una taza de café en la mano y preparado para su vuelo de regreso a Yale, Stern pudo decidir que un tejadillo sobre la entrada podría ser una buena idea. Un grácil esbozo sobre una servilleta de papel vislumbró el resultado final.


Frente al Fast Food, a veces el menú tradicional de dos platos y postre suele ser la mejor opción.


Centro Comercial Zubiarte
Abandoibarra

martes, 24 de julio de 2012

Kiosko del Arenal, Ispizua enamorado


El versátil Pedro Ispizua parece abandonar momentáneamente su racionalismo cool y sus elegantes aderezos Art Deco para adentrarse en los rincones más soñadores de un tardío Art Nouveau.

 El Kiosko del Arenal (1923) nos muestra un arquitecto más retozón o tal vez más humano. Nunca sabremos de donde viene la inspiración que da un color inusual a esta obra de Ispizua.

 Nunca sabremos si nace de un romántico viaje a París, de un lánguido paseo por el Campo Volantín o quizás, de dos tazas de café y un inesperado roce de manos.


domingo, 22 de julio de 2012

La ria de Bilbao


La relación azarosa entre la historia y los ríos ha sido la de los pueblos con unos obstáculos naturales que han servido a menudo de frontera, separación no siempre de mutuo acuerdo, cisma y diferencia, barrera y tal vez muralla defensiva.

 La ria de Bilbao nunca ha entrado en ese juego, por fortuna puede que solo sea la grapa que une e hilvana los recuerdos deslavazados de los bilbaínos.

jueves, 19 de julio de 2012

Edificio de oficinas en Diputación, eslóganes en piedra


Rafael Fontán se emplea a fondo en este sugestivo edificio de 1947 con un racionalismo épico y resuelto. Más allá del los reposados  patrones del género de la Bauhaus, opta por una solución dinámica con las agresivas ventanas en esquina. La relación con la arquitectura local se establece a través del revestimiento ocre de arenisca, que tiñe el resultado final de un casticismo inesperado.

 La torre en esquina destaca especialmente en una ciudad donde la competencia entre sus otras torres por el primer premio es feroz. Los potentes relieves Art Deco que la culminan son casi una invitación a la acción que junto a la energía general del edificio, resultan en una llamada al trabajo, al esfuerzo y a la productividad.

 Como en algunas ideologías de los años cuarenta, el trabajo tiene su premio, en este caso, en ese paraíso laico que se asienta en el templete de la azotea.


martes, 17 de julio de 2012

Biblioteca de la Universidad de Deusto, arquitectura cyberpunk


Las bibliotecas, aparte de los lugares de pesadilla que imaginaron Borges o Eco, son anodinos contenedores de información. Hoy, cuando el papel deja paso a los bytes y a las redes de datos, los edificios que albergaban polvorientos volúmenes  comienzan a ser  un recuerdo de otros tiempos. El cyberpunk define estos nuevos mundos desbordantes de información, cibernética y hackers melancólicos.


La Universidad de Deusto ha elegido con increíble criterio al arquitecto idóneo para sintetizar lo que debe ser una biblioteca del siglo XXI y siguientes.


Rafael Moneo (2009), desde su legendario Museo de Arte Romano de Mérida, es especialista es depurar ideas, sintetizarlas una y otra vez a través de los alambiques de su imaginación o de su trabajo y llegar a resultados cuya pureza y simplicidad pueden hacer olvidar todo el empeño que hay detrás.


La biblioteca de Moneo tiene la apariencia de un objeto electrónico lustroso, pesado y caro. La textura del pavés, las esquinas redondeadas o la ausencia de basamento le dan el aspecto de un disco duro inmenso, de un dispositivo inteligente o extremadamente inteligente en este caso, capaz de albergar millones de terabytes de información. Los cortes acristalados en las fachadas nos impiden olvidar que estamos ante un edificio y no ante  un aparato electrónico, aún así, difícilmente podremos resistir la tentación de pasar la manos por sus superficies pulimentadas y desplazar unos cuantos iconos imaginarios.


Tras rodear la biblioteca, podemos sentirnos desconcertados al no encontrar su conexión USB.


Biblioteca de la Universidad de Deusto
Avenida Ramón Rubial 1


Foto: wikipedia




domingo, 15 de julio de 2012

Facultad de C. Económicas y Empresariales de Sarriko, la liga de la hiedra


La facultad de Sarriko, o mejor su alumnado, tienen la fortuna de estar situados en un auténtico campus. El edificio donde se imparten lecciones de presunta sabiduría económica se encuentra rodeado de un parque muy grato para el paseo y extrañamente solitario para estar dentro de una ciudad.


Con este excelente material, Jesús Basterrechea (1962) ha querido recrear, sino la calidad de los centros, si el ambiente arquitectónico de las exclusivas universidades norteamericanas de la costa este.


Los tonos naturales del parque, cambiantes de los mil tonos del ocre al verde intenso según avanza el curso, combinan milagrosamente con el sosiego del ladrillo y las luminosas cristaleras. El empleo de algunos de los preceptos más saludables de la arquitectura orgánica americana empleados por Basterrechea crean la apariencia, tal vez solo por unos instantes, de que nos encontramos en un campus de la Ivy League.


El aire beatífico y apacible que exhala el conjunto contrasta desgraciadamente con la penosa ironía de un centro del saber que ha convertido sus manuales de macroeconomía en armas de destrucción masiva.


Facultad de Sarriko
Avenida Lendakari Aguirre 83

miércoles, 11 de julio de 2012

Edificio en Plaza Euskadi, la mirada estupefacta


La calle Elcano desemboca en la Plaza Euskadi con un edificio singular por la fuerte personalidad de su torre en esquina. G. Cárdenas y A. Tellería (1948) disponen un escenario digno de Felipe II y de sus oficinas centrales del Escorial.

 El tejado pizarroso y las antenas gemelas evocan la visión de un rey de luto perpetuo, gesto adusto y gorra ladeada, contemplando sus dominios como lo haría desde su ventana en el apartamento real del Escorial.

 Hace veinte años, el paisaje que se extendía bajo la torre de este edificio era un yermo industrial, una decadencia que hubiera requerido de un Quevedo a su lado para apostillarla.

 Hoy todo ha cambiado, y si Felipe II viera lo que ha sucedido en la Plaza Euskadi, se decantaría por algún autor de ciencia ficción. Siempre le recomendaríamos a Philip K. Dick.

lunes, 9 de julio de 2012

Edificio en Plaza Euskadi, belleza encriptada


Cuando deseamos proteger algo valioso, una alternativa es el enmascaramiento. La información o el acceso a ella, pueden convertirse en inaccesibles con el empleo de la criptografía, que convierte la luz en oscuridad mediante el empleo de algoritmos matemáticos.

El edificio de Carlos Ferrater (2011) en la Plaza Euskadi insinúa un proceso de este tipo. La ocultación de las ventanas ofrece un aspecto aleatorio que lo torna en inescrutable.

 Carlos Ferrater parece haber renunciado a una de las herramientas básicas del arte, la creación de expectativas, tan útil en la literatura y la música clásica, y donde el autor nos hace preveer siempre el próximo paso, para luego confirmar lo que prevemos o para jugar con nosotros tomando un nuevo rumbo sorprendente.

 Este turbador edifico rompe las expectativas al no ofrecernos de inmediato algo tan fundamental como las ventanas. Algún día daremos con su clave y este se mostrará en todo su esplendor.

viernes, 6 de julio de 2012

Palacio Euskalduna, metamorfosis


El Palacio Euskalduna, tras un sueño intranquilo, se despertó convertido en un monstruoso insecto. Como en un cuento de horror y ternura, un centro de música y congresos ha amanecido a la orilla del Nervión mutado en una suerte de gigantesco caracol. Unas pequeñas patitas soportan la cabeza del animal, lo que antes eran las oficinas, y el cuerpo se ha tornado en un inmenso caparazón metálico y oxidado.

 Federico Soriano y Dolores Palacios (1999) han ensayado alegorías navales que han tomado vida propia. El tono rojo del exterior del auditorio ha contaminado la metáfora original formando la poderosa imagen de una concha grandiosa. El contraste con el pequeño edificio de oficinas, soportado por una pequeña columnata, aporta la vitalidad requerida al conjunto.

 Algún día, en un amanecer como cualquier otro, Bilbao se despertará con un fragor estridente. El chirriante rugido no será el de una gran diva calentando las cuerdas vocales en el Palacio Euskalduna. Será el mismo Palacio que, arrastrándose lentamente, habrá decidido ver mundo.

miércoles, 4 de julio de 2012

Edificio ArtKlass, la voladura controlada de Aristóteles


Una de las máximas más aprovechables de Aristóteles nos recuerda que la virtud está en el término medio. Robert Krier, con su edificio ArtKlass (2011), ha hecho saltar por los aires el consejo del filósofo y ha emprendido un viaje sin retorno hacia los extremos.

 El lenguaje postmoderno es el vehículo elegido por Krier para explorar las orillas del clasicismo y del buen gusto. La acumulación de estilos o referencias en sus caleidoscópicas fachazas, así como la paleta de tonos pastel empleada,  nos recuerdan lo mejor, y tal vez algo de lo peor también, de la arquitectura loca y feliz de los años ochenta.

 La elegancia no siempre es la mejor mano en el juego de la arquitectura. A veces necesitamos el contrate con lo familiar que nos rodea, o la desfachatez, o la alegría y el color, o simplemente un toque de mal gusto para variar. Robert Krier lo combina todo, no olvidando incluso las torres en esquina tan queridas en esta ciudad. Puede que con la juguetona intención de quitarnos el muermo a los bilbaínos.

 La vibración que produce este edificio petulante y descarado a la Plaza Euskadi es indudable. Quizá el paso de tiempo nos devuelva al término medio proporcionando la necesaria patina de respetabilidad.


Edificio Artklass
Plaza Euskadi

Foto: wikipedia

lunes, 2 de julio de 2012

Museo Guggenheim; Schopenhauer, Hegel y el azar


Arthur Schopenhauer, el malicioso autor de libros de autoayuda del s. XIX, dijo una vez sobre Hegel, con más resentimiento que rigor, que este se limitaba a escribir páginas y dejaba a los demás la labor de encontrarles algún sentido.

 El Museo Guggenheim de Frank Gehry (1997) es también una obra en busca de un sentido. El que cada uno sea capaz de encontrarle. Gehry desarrolló el proyecto a partir de una maqueta, una escultura en miniatura donde la forma aplica su tiranía sobre la función. La obra se termina con una sensación de casualidad, de azar, donde el resultado es el que es, pero podía haber sido otro completamente diferente.

 Aún así, en el desenlace final, la funcionalidad consigue hacerse un hueco; las obras de arte, visitantes y empleados logran una protección razonable frente a la lluvia y el sol, durante el invierno puede alcanzarse una temperatura adecuada y tal vez sea posible conseguir una comida decente dentro del Museo.

 También el azar, u otras razones psicológicas más complejas que llevan a los turistas a visitar los museos de arte moderno fuera de sus ciudades, han contribuido a que el Guggenheim haya situado a Bilbao en todas las guías de viajes del mundo. Gracias Mr. Gehry.


Museo Guggenheim
Alameda de Mazarredo


Foto: wikipedia