Las bibliotecas, aparte de los lugares de pesadilla que imaginaron Borges o Eco, son anodinos contenedores de información. Hoy, cuando el papel deja paso a los bytes y a las redes de datos, los edificios que albergaban polvorientos volúmenes comienzan a ser un recuerdo de otros tiempos. El cyberpunk define estos nuevos mundos desbordantes de información, cibernética y hackers melancólicos.
La Universidad de Deusto ha elegido con increíble criterio al arquitecto idóneo para sintetizar lo que debe ser una biblioteca del siglo XXI y siguientes.
Rafael Moneo (2009), desde su legendario Museo de Arte Romano de Mérida, es especialista es depurar ideas, sintetizarlas una y otra vez a través de los alambiques de su imaginación o de su trabajo y llegar a resultados cuya pureza y simplicidad pueden hacer olvidar todo el empeño que hay detrás.
La biblioteca de Moneo tiene la apariencia de un objeto electrónico lustroso, pesado y caro. La textura del pavés, las esquinas redondeadas o la ausencia de basamento le dan el aspecto de un disco duro inmenso, de un dispositivo inteligente o extremadamente inteligente en este caso, capaz de albergar millones de terabytes de información. Los cortes acristalados en las fachadas nos impiden olvidar que estamos ante un edificio y no ante un aparato electrónico, aún así, difícilmente podremos resistir la tentación de pasar la manos por sus superficies pulimentadas y desplazar unos cuantos iconos imaginarios.
Tras rodear la biblioteca, podemos sentirnos desconcertados al no encontrar su conexión USB.
Biblioteca de
la Universidad de Deusto
Avenida Ramón Rubial 1
Foto: wikipedia