domingo, 17 de julio de 2011

Edificio La Aurora, reminiscencias de Nuremberg


La arquitectura, como la historia, nos permite revisitar los momentos más terribles del pasado y tal vez aprender alguna lección. El espléndido mosaico que es la ciudad de Bilbao cuenta con una pieza de estilo nazi insertada en su céntrica y emblemática plaza de Federico Moyúa.

Nunca sabremos si su creador Manuel Galíndez (1935) pudo ver y ser seducido por el documental de Leni Riefenstahl o su obra solo es un reflejo de la estética del momento, un racionalismo amable e inofensivo.

De cualquier modo el edificio de la Aurora presenta tres rasgos inquietantes. Su basamento oscuro, en contraste con las plantas superiores más livianas, alude a los deseos de firmeza e inmutabilidad, viejo truco de oficio de las arquitecturas más totalitarias. Las pilastras de la fachaza principal están más cerca de los detalles kitsch a los que propende la parafernalia nazi que al elegante estilo Bauhaus que tantas veces sirvió en Alemania como decorado feliz para una representación infernal. Y por último su azotea retranqueada, limpia y desnuda. Escenografía imprescindible para todo personaje con gorra de plato y con muchedumbre sumisa y dispuesta a ser arengada.

Seguro que las intenciones de Galíndez y de este edificio de oficinas eran otras muy distintas pero uno nace cuando nace y está atado a las formas del momento.

Edificio La Aurora
Plaza de Federico Moyúa 4